viernes, 21 de octubre de 2011

Analizando medidas económicas.

El "Rodrigazo" (1975).

En su breve actuación de un mes como Ministro de Economía, Celestino Rodrigo llevó a cabo una política liberal ortodoxa. Mediante un tratamiento de shock decidió una devaluación del 100%, incrementó las tarifas entre el 40 y el 50% y los combustibles en 175%, anuló lo actuado en las paritarias, disminuyó los subsidios en algunos artículos de consumo popular, levantó los controles de la comercialización del ganado y estableció un reajuste del 50% en las tasas de interés.
Esto lógicamente desató una espiral inflacionaria que llevó la inflación total del año al 308,7%. Los trabajadores en su conjunto resistieron a las nuevas medidas económicas; los sindicalistas volvieron a exigir paritarias, y esta vez se obtuvieron aumentos de sueldos del 150 al 200%. La concesión de semejantes incrementos salariales por parte de los empresarios tuvo relación con su colaboración para la desestabilización económica del tercer período peronista: en realidad, ayudaba a la hiperinflación, al caos finaciero y, por último , al retorno militar.A este período de medidas extremas antipopulares en un gobierno de origen peronista, inflación inusitada y aumentos desmedidos, se lo denominó RODRIGAZO.
El gobierno de María Estela Martínez de Perón (Isabel) quedó totalmente desprestigiado. Celestino Rodrigo debió renunciar en julio de 1975, en su lugar en agosto se nombró a Antonio Caffiero en el Ministerio, pero ya era tarde para desarrollar una política económica coherente con el proyecto peronista: la inflación desatada, sumada a la recesión y a la desocupación, hizo imposible reestablecer un acuerdo social y se desataron las huelgas en el cinturón industrial del Gran Buenos Aires.


La política económica de la última dictadura cívico-militar. (1976-1983)


El plan económico de la dictadura fue diseñado con antelación en reuniones entre militares y miembros del establishment económico, que propiciaron el golpe de Estado.
José Alfredo Martínez de Hoz, descendiente de una familia de terratenientes, fue ministro de Economía entre 1976 y 1981.
Para detener la inflación utilizó la clásica receta del liberalismo: había que reducir el déficit fiscal e impedir los aumentos de salarios; no obstante, se quitaron los controles de precios que había en el período anterior. Para beneficiar a las clases altas, se rebajaron los impuestos directos ( que gravan a la riqueza, o sea, a los pocos que tienen más bienes) y se generalizó el IVA (Impuesto al Valor Agregado, que agrava el consumo, es indirecto y afecta a toda la población).
Asimismo, se transfirieron las escuelas primarias y muchos hospitales a las provincias, y se les redujo el aporte del Tesoro Nacional, por lo que las prestaciones básicas a la población disminuyeron en calidad. Sin embargo, el gasto público no decreció, sino que aumentó por la compra de armamentos, construcción de autopistas y estadios para el Mundial `78 de fútbol, con los precios inflados por la corrupción.
La reducción del salario real de los trabajadores redundó en una disminución del mercado interno, ya que los propios trabajadores eran los compradores de los productos que la industria y el agro ofrecían. Las industrias nacionales tuvieron menos consumidores, y por la relación dólar- peso en la que el peso estaba sobrevaluado, les era muy difícil exportar productos no tradicionales.


* La destrucción de la industria nacional
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Un aspecto clave de la política de Martínez de Hoz fue la apertura de las importaciones.
uno de los pretextos para esa medida era que había que aumentar la eficiencia de la industria para adaptarse a las exigencias del mercado internacional. De ese modo, las industrias nacionales deberían mejorar su calidad y su productividad porque tendrían que competir con los productos importados. La dictadura argentina no tuvo en cuenta la producción nacional e impuso rebajas masivas de aranceles aduaneros.
Con el dólar subvaluado, resultó más conveniente importar que producir. Antes se importaban insumos ( equipamiento y material necesario para la industria), a partir de este momento, se importaron bienes de consumo totalmente prescindibles y que se fabricaban en el país, como galletitas y otros alimentos, vestimentas de todo tipo, electrodomésticos, etc.
La industria electrónica, primera en América Latina, comenzó a desaparecer y las demás disminuyeron drásticamente. En cinco años cayó la producción industrial un 20%, así como también la mano de obra ocupada en las mismas.
Sólo crecieron algunas pocas industrias beneficiadas con regímenes de promoción que tenían una excelente y ventajosa relación con el Estado, a veces favorecidas con reducciones impositivas. En general pertenecían a grupos locales que tenían una combinación de actividades industriales, de servicios, comerciales y financieras, como Macri, Pérez Companc, Bulgheroni, Fortabat, Bunge y Born y Techint.


* La Patria Financiera.


El peso sobrevaluado produjo el fenómeno de la plata dulce: el peso argentino valía mucho y llevó a una época de consumismo en las clases medias y altas que llevaba a importar todo lo que quisieran, y viajar al extranjero de vacaciones o por compras.
Pese a que los salarios estaban congelados y que había recesión industrial, el gobierno dio por sentado que existía inflación, y la reguló por una "tabla de devaluación mensual del peso" o tablita, donde se fijaba cuánto iba a valer el dólar, para que fueran previsibles las inversiones y ganancias.
El sector más importante de la economía dejaba de ser el productivo para convertirse en el que especulaba con el dinero. Además se fijaron altas tasas de interés para atraer inversiones, que favorecieron la proliferación de bancos e instituciones financieras. Con eso se fomentó la especulación, ya que los depósitos a plazo fijo estaban garantizados por el Estado en caso de quiebras.
A este modelo de país basado en las ganacias sostenidas por el Estado, que actuaba a favor de una clase parasitaria y desnacionalizadora se lo denominó Patria Financiera.



Otro de los aspectos funestos del plan económico, consistió en el endeudamiento externo de las empresas públicas, como fue el caso de YPF y Aerolíneas Argentinas. En marzo de 1981, cuando dejó de aplicarse la "tablita", ya habían quebrado numerosos bancos y el Estado se había hecho cargo de sus pasivos o deudas. Durante la dictadura la deuda externa argentina ascendió a la suma de 45.000 millones de dólares.


* La política laboral.


El plan de Martínez de Hoz, que eliminó los controles del Estado a los grandes capitales y terminó con las políticas sociales del Estado de Bienestar , requirió el disciplinamiento de la sociedad. Es decir, debía terminar con la protesta social , la exigencia de mejores salarios , la presión de los gremios y la lucha por un modelo de país que tuviera en cuenta a los trabajadores .
La represión inusitada y la desaparición de los delegados gremiales fue la primera medida para paralizar la demanda . En segundo lugar , se promovió una tasa alta de desempleo como mecanismo natural del mercado , que permitía quebrar el poder de los sindicatos: si no había trabajo para todos , era afortunado el que lo conservaba , aunque tuviera un sueldo miserable. Los resultados del autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" ( asi se denominó al golpe de Estado ) para los trabajadores fueron la caída abrupta del empleo y el salario real . A fines de 1981 , el salario real era casi la quinta parte de lo que había sido en 1974 . La participación de los asalariados en el ingreso nacional pasó del 49% en 1975 , al 32% en 1976. Asimismo, en 1975 existían 1.165.000 trabajadores industriales ; en 1982 no eran más de 740.000 ; muchos pasaron a ser empleados en el sector terciario y se generalizaron el desempleo y el cuentapropismo. Estos últimos , vivían en una situación inestable y carecerían , en general , de seguridad social .
Para liquidar el "excesivo" poder sindical , se dictó la Ley 21.400 de "Seguridad Industrial", por la cual se prohibió toda actividad gremial , el derecho de huelga y cualquier interrupción de la producción , estipulando penas entre 5 y 10 años de cárcel para los infractores . De este modo, la dictadura militar se proponía erradicar la "guerrilla fabril". Se intervino militarmente la CGT , se bloquearon los fondos y bienes gremiales , hubo despidos masivos de empleados públicos, reducción del personal ferroviario y docentes que quedaron cesantes o "en disponibilidad" . A estas medidas le siguieron el secuestro de dirigentes sindicales. El disciplinamiento laboral se produjo en cada fábrica y empresa , desarticulando los cuerpos de delegados , las comisiones internas y los comités de seguridad e higiene de muchas empresas.
Así se aprovechó para instaurar una legislación laboral regresiva , por la cual se disminuyeron los días de descanso anual , se hicieron más baratos los despidos y se redujo globalmente la protección jurídica del trabajador.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Un cantante popular y revolucionario...



Este video es muy bueno... Cuenta una época de nuestra historia (años 60 y 70) de una manera humorística muy buena... Espero les guste.